Proyecto «Última Parada: Libertad»

Tras descubrir por las redes sociales el proyecto «Última Parada: Libertad», y colaborar con él, se nos ocurrió entrevistar a sus protagonistas, una fotógrafa y una escritora. Un proyecto de carácter actual y social, que nos tiene totalmente desconcertados por la falta de respuesta política internacional y por el volumen de personas desplazadas casi sin ayuda humanitaria, nos referimos a los refugiados Sirios.

Llevamos siguiendo esta aventura desde hace tiempo, y hemos esperado que regresaran de su viaje para poder entrevistarlas con más calma, y para que pudieran darnos una visión más global de la experiencia.

Sería interesante que os presentaseis para aquellos que aún no saben de vosotras.

Alicia Petrashova, futura Graduada en Trabajo Social y Fotógrafa Freelance con experiencia en proyectos sociales. Me defino como una emprendedora en constante movimiento. Mi pasión es la fotografía y las personas. Creo en la imagen como herramienta de unión y denuncia social.

Raquel Ferrando, viajera empedernida y escritora con una sed de conocimientos inagotable y un gran interés por las relaciones humanas. Quiero plasmar las voces, hasta ahora ignoradas, en el papel; el dolor, el alivio, el miedo, dibujados en palabras como solo la lírica sabe hacerlo, para poder ser escuchados con los ojos.

¿Cómo surge «Última parada libertad»?

Este proyecto nació en el mes de Septiembre, cuando veíamos lo que estaba pasando en Siria de manera fugaz en los medios y empezamos a documentarnos sobre el tema por nuestra cuenta. De repente se filtró la fotografía de Aylan, el niño sirio cuyo cuerpo apareció en las costas del mar Egeo y una vez más, a la semana todos nos olvidamos de él y del problema. La falta de conciencia social y la escasa información en los medios de comunicación convencionales nos dieron el empujón para hacer algo, aportar nuestro granito de arena.

¿Por qué ese nombre para el proyecto?

«Última parada: Libertad» fue el resultado de pensar en lo que realmente este éxodo podía significar para ellos, lo que ese camino lleno de piedras y obstáculos constantes suponía. Queríamos transmitir la esperanza que mueve a estas personas por ser libres, por encontrar la paz. La idea era lanzar un mensaje positivo a la sociedad en el que la libertad es una realidad posible para todos y no un sueño inalcanzable.

¿Cómo se ha llevado a cabo?

Llevar a cabo el proyecto no resultó nada fácil. Trabajamos sin descanso durante demasiados días, mandando emails, cartas, intentando hacernos oír. Pero ¿quiénes éramos nosotras? No éramos nadie así que decidimos realizar un Crowdfunding para que personas de nuestro entorno pudieran brindarnos su apoyo. Muchas de las personas a nuestro alrededor nos decían que fuéramos a por ello, pero lo cierto es que en el fondo nadie pensó que lo lograríamos. Pero nosotras luchamos con uñas y dientes por hacer cuanto estuviera en nuestra mano para conseguirlo, y así fue. En un mes recaudamos más de 6.500 euros que nos han permitido realizar este viaje y ahora poder trabajar para traer los resultados. Además de la campaña de Crowdfunding hemos realizado varios eventos solidarios en los que participaron todo tipo de artistas solidarios y obtuvimos apoyo en las redes sociales de fotógrafos y músicos de toda España. Actualmente nos hemos hecho notar más, y varios medios de comunicación nos han apoyado a lo largo de la ruta. Muchas Organizaciones sin ánimo de lucro nos han ayudado a lo largo del camino, ofreciéndonos lugares donde alojarnos, asesoramiento, etc.; como por ejemplo en la Isla de Lesbos donde las organizaciones españolas PROEMAID y G-Fire nos ayudaron en todo lo que estuvo en sus manos y nos facilitaron mucho el trabajo.

¿Qué ha sido lo más ilusionante, lo más desmotivador, lo más impresionante, el mayor impedimento de este proyecto?

Al principio ambas estábamos muy ilusionadas por ir a poner nuestro granito de arena en la difusión de esta situación, pero llegar allí hizo que todo se nos hiciera cuesta arriba a veces. Al estar allí, tus emociones se encuentran en una montaña rusa, y la única manera de hacer tu trabajo es intentando adormecerlas, hasta que te das cuenta de que hay días que no sientes nada. Es duro darte cuenta de que todo el dolor y drama que te rodea parecen no suponer nada para ti, pero lo cierto es que realmente solo estás llenando un vaso que un día va a derramarse. Lo más bonito y lo más duro de este viaje ha sido las personas a las que hemos conocido, porque al volver a casa hemos sentido como si les abandonáramos, como si les estuviéramos traicionando porque somos capaces de seguir con nuestra vida.

¿Qué destacarías de este viaje?

-Como escritora, sabía que tenía que escuchar a personas que depositan su confianza en mí, confianza de que vaya a ser capaz de darles voz de la mejor forma que pueda, y eso es mucha presión. También tienes que tener cuidado con qué preguntas y no ir más allá de lo que esa persona quiere darte. Más de una vez he hecho a alguien llorar y he vuelto al coche sintiendo una culpabilidad que no había conocido hasta el momento, tan intensa que me ha dejado fuera de juego durante días.

-Como fotógrafa, me he encontrado más de una vez con el típico dilema en el que tenía que tomar la decisión de si tomar una fotografía o tirar la cámara y lanzarme a ayudar. Me gustaría haber evitado todas las miradas de miedo, incomprensión, desesperación…para (egoístamente) no sentirme tan culpable de mostrar su drama, de no ser perseguida todas las noches por esas miradas. Creo que esta experiencia me ha hecho enfrentarme a mis propios miedos y crecer como persona.

¿Habéis cumplido vuestros objetivos?

Creemos que hemos cumplido con nuestro objetivo aunque nos gustaría siempre nos gustaría llevar a Última parada: Libertad más lejos cubriendo más lugares y dando voz a más personas. La crisis de refugiados sigue presente y estas personas siguen necesitando que alcemos la voz por ellos, que sigamos luchando desde aquí. Creemos firmemente que la conciencia social es el primer paso para empezar a actuar y esperamos que nuestros esfuerzos hayan valido la pena para que al menos una persona se haya dado cuenta de lo que está pasando y decida no olvidarlo.

Y ahora..

Ya estamos de vuelta en casa y ahora nos toca un largo camino por recorrer para poder presentar los resultados de la mejor manera posible. Estamos muy contentas de empezar a trabajar por fin en las fotografías e historias recogidas durante más de dos meses para poder transmitir todo lo vivido a nuestros seguidores y la población en general. Mientras trabajamos en la exposición de fotos y el foto-libro hemos comenzado a impartir pequeñas charlas en diferentes lugares para dar a conocer la situación de los refugiados y mostrar una parte de nuestro trabajo, como por ejemplo los vídeos que hemos ido creando a lo largo de la ruta.

Sólo nos queda dar la enhorabuena a Alicia y Raquel por su trabajo y su atrevimiento, y desearles que puedan llevar a buen fin y presentar sus resultados, nosotros los estamos esperando «como agua de mayo».

Podéis encontrar más en el blog de la web:

www.ultimaparadalibertad.com